¡Hola! Bienvenidos a nuestra Radio On-Line.
    Si tienen problemas para oir la radio ingresen
  • aqui
  • luego pueden volver, recuerden usar
  • Mozilla
  • o
  • G. Crome
Don't be hesitated to contact us if you have something to say.

Radio On-Line

Los 50 mejores discos nacionales

| 0 comentarios | lunes, 12 de abril de 2010
|

Babasonicos, Andrés Calamaro, Gustavo Cerati y Pappo, entre lo mejor de los años 2000.

1- Babasónicos - Jessico 
En plena etapa clandestina, durante los turbulentos meses terminales del gobierno de Fernando de la Rúa, Babasónicos experimentó el sabor del romanticismo a pocos metros del abismo. Todo lo bueno que contenía Miami, sumaba en Jessico seducción instantánea y ese efecto de vivir en una frontera permanente al sur del Río Grande: boleros freak, narcocorridos, spaghetti western y tracks de pista cubren un repertorio imbatible. Mientras se hundía el Titanic de la Alianza y las Torres Gemelas se desplomaban por tevé, aquí existía una banda de sonido para bailar, soñar y tomar como propias las sentencias de Adrián Dárgelos, una bendición lingüística para el acotado diccionario del rock argentino.

2- Andrés Calamaro - El salmón 
Este álbum, además de ser un gesto cultural único en el mercado discográfico, contiene un montón de canciones que se van descubriendo con el tiempo, como una selva negra de exploración lenta. Más allá de algunos hits que están entre lo mejor de la obra de Calamaro ("All You Need Is Pop", "Tuyo siempre", "El salmón"), acá el autor prueba la experimentación freak en cuatro canales, el autoanálisis descarnado, el versionismo serial y la apología de la venganza en temas como "Un poco de diente por diente". Pocas veces la furia y la oscuridad sonaron tan pegadizas.

3- Gustavo Cerati - Ahí vamos 
De regreso a las canciones eléctricas, esas bombitas que mejoran la vitalidad de una estrella de rock de mediana edad, Ahí vamos es pura energía valvular, estribillos arrogantes y la confirmación de un pop inteligente para las masas. Cerati canta mejor, toca la guitarra a lo Marc Bolan y se rodea de viejos laderos para explorar un imaginario de traiciones, esperanzas y esa presión que lo acompaña por ser y parecer original. Con los pulmones en recuperación y la sombra del regreso de Soda, Cerati entregó aquí su mejor disco de la década.



4- Pappo - Buscando un amor 
Más alla del espectral y premonitorio arte de tapa, que muestra a Pappo en el cielo junto a otros ángeles bluseros como Muddy Waters, Jimi Hendrix y Stevie Ray Vaughan, lo cierto es que su álbum final lo muestra en un plano de igualdad con los maestros del género. Con un magnífico nivel de voz y guitarra y una acertada producción -que incluye vientos arreglados por Javier Malosetti y coros de las Blacanblus-, Pappo alumbra una colección de nuevos clásicos como "Descortés", "Juntos a la par" y "Rock & roll y fiebre".


5- Divididos - Narigón del siglo 
En uno de los últimos coletazos del uno a uno, los Divididos viajaron a Londres para grabar en Abbey Road, con Afo Verde en la producción. Allí hicieron un disco tan exuberante como ese título kilométrico (Narigón del siglo, yo te dejo perfumado en la esquina para siempre). Sin abandonar la potencia, la dupla Mollo-Arnedo desarrolló al máximo su veta sensible. Abren el disco con tablas hindúes y gemas como "Par mil", "Spaghetti del rock" y "Vida de topo", con letras que exploran una nueva espiritualidad y fastuosos arreglos de la London Session Orchestra.



6- Los Auténticos Decadentes - Sigue tu camino 
El triunfo de los grasas y la confirmación definitiva de los Decadentes como la cooperativa del entretenimiento, los himnos de tablón y la sabiduría callejera llevada a la canción. Sigue tu camino es un grandes éxitos en tiempo real, con momentos memorables en que el equipo funciona por cohesión, diversidad y ausencia de egos. Con glorias como "Perro celestial", "Río", "Angel y demonio" y "Un osito de peluche de Taiwán", es uno de los grandes discos del rock argentino popular y antidemagógico.


7- Las Pelotas - Esperando el milagro 
Irónicamente, el renacimiento de Las Pelotas como banda olímpica coincidió con el lento adiós de Alejandro Sokol. Su participación es mínima y la mayoría de las voces son de Germán Daffunchio, tendencia que no se modificaría hasta la partida del Bocha. Las canciones, empañadas de una ligera melancolía, tenían pasta de pequeños himnos urbanos. Eso ocurrió con "Esperando el milagro", "Día feliz" y, fundamentalmente, "Será", la canción perfecta que se convirtió en el éxito más grande en la historia de Las Pelotas.






8- Flopa Manza Minimal - Flopa Manza Minimal 
La memoria rica del rock argentino fundacional merecía una reinvención en formato acústico. Aquellos juegos vocales de PorSuiGieco, la templanza de la madera que estalla desde las cuerdas y el atrevimiento por superar la simple anécdota hippie provocaron un pequeño milagro con forma de disco y convivencia sagrada en los títulos. Sin buscarlo, Flopa, Manza y Minimal aportan varios clásicos a la liturgia del fogón. Y encarnan el renacer artesanal en la Argentina de la crisis.




9- Intoxicados - No es sólo rock and roll 
"Una vela" era todo lo que necesitaba Pity para demostrar que si no sacaba todo lo que tenía adentro se aburría más que los hongos de su sopa. El paco y el rap marginal estaban en auge en esos días, y el ex líder de Viejas Locas usó Ciudad Oculta como escenografía para ilustrar ese momento Policías en acción y contagiar con flow su rocanrol sensorial. "Está saliendo el sol", una pintura optimista desde la perspectiva de un filtrado lúcido, cuadró perfecto en el nuevo panorama del Mega Rock Nacional.



10- Catupecu Machu - Cuentos decapitados 
El tercer disco de Catupecu iba a marcar un quiebre definitivo en la banda y un pequeño sismo en las bases del rock argentino. El trío de Villa Luro alcanza la madurez, y la evolución no sólo se manifiesta en el entramado musical -que se vuelve más complejo-, sino también en la lírica. La potencia demoledora y la sofisticación de "Y lo que quiero...", "Entero o a pedazos", "Perfectos cromosomas" o "Cuentos decapitados" terminan de definir el estilo directo y desgarrador de un frontman único: Fernando Ruiz Díaz.